Sechs - Creo que convendrás conmigo que las narraciones históricas que leemos y vemos son más fantasía que otra cosa, historietas de buenos y malos, y hasta puros disparates. Incluso en los datos las inexactitudes y mentiras son escandalosas. Viendo las falsedades que se dicen sobre cosas del pasado reciente, de las que todavía quedan testigos vivos, que no se dirá de lo más antiguo que nadie vivo puede contradecir. Me sorprende ver y oír como se dan por completamente ciertas afirmaciones de la historia antigua y de la arqueología que es imposible que se sepan. Me gustaría que me dieses tu punto de vista.
Neun - Sabes que no me gusta hablar de historia ya que más que de realidades se habla de ideologías. Nos enfrentamos a las propias limitaciones tanto del conocimiento de los hechos y de su contexto, imposible incluso en una pequeña parte, como a la comprensión de otras mentalidades, a lo que hay que añadir la interpretación de nuestra mente, con sus prácticamente infranqueables barreras, con lo cual podríamos decir aquello de que todo parecido con la realidad es pura coincidencia o una ficción.
Te diría que la historia, al igual que toda interpretación del presente o del futuro, nace de un discurso y del cual deviene una narración, en primer lugar se elije que se narra y que se calla; y de lo que se dice y como se dice, que sea verdad o no, o más o menos mentira, es intrascendente; lo que importa es vender el discurso. El resultado es lo que llamamos "políticamente correcto" con su amplia fauna de adeptos, entre los que podemos destacar los bienintencionados, los tontos útiles y los falaces predicadores.
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