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En la cama, Liti Püttys, hace repaso de lo dicho por la tarde por Pepi Segundo: "no se adonde vamos a parar ¡qué pretensiones! un mendigo me ha pedido dinero para una hamburguesa, señor le dicho, yo sólo como hamburguesa en la cena de Nochevieja; para que no me tenga por una mano que aprieta y para que aprenda buenos hábitos la próxima vez que pase por allí le regalaré un buen pepino. Te quiero hacer una propuesta. Bien sabes que he llevado una vida austera con el fin de ahorrar para el día de mañana, pero he abierto los ojos y me he dado cuenta que el mañana que esperaba se ha convertido en un ayer, vamos que no tengo en que gastar mi dinero y encima ni sabría ni me permitiría hacerlo, así que se me ha ocurrido que reuniré todo mi capital y lo emplearé en comprar oro para hacerme una máscara egipcia, quiero bajar a la tumba como un faraón; una tumba bien secreta para que no sea encontrada en miles de años y que al ser descubierta me de una fama como la de Tutankamón. A la tumba irán mis cenizas, no quiero ni pensar en que me coman los gusanos, junto con un ramillete de mi pelo para el caso de que para entoncen puedan clonarlo y resucitarme. Para llevar esto a buen bien hace falta una persona de absoluta confianza y he pensado en ti". Gracias por tu confianza, le he dicho, pero con tanto oro no se si puedo fiarme de mi; para encontrar persona tal quizás tendrás que esperar a que lleguen extraterrestres. "Siempre con tanta gracia, me responde, ya lo hablaremos. Ya se que la naturaleza no te importa y por eso no te invito a venir; este fin de semana me voy de camping al campo, dormiré en una cueva preciosa y durante el día disfrutaré del verdor y de la vida natural; un pajarito piu piu, las ovejitas balando, una vaca que te mira con mirada amorosa...". Una naturaleza muy salvaje y muy auténtica, le contesté, y además muy bien de precio, con lo que no te gastes te podrás comprar un gramito más de oro para la eternidad.
Con Pepi Segundo diciendo !cómo eres! Liti Püttys se duerme. En sueños se ve enmedio de una jungla y con una fiera atacando; de un brinco se encarama a un árbol mientras oye al animal decirle "Franco te ha dado el indulto". Le viene a la memoria lo que un día le pasó al tío Liosorto, sorprendido en el campo por una vaquilla, saltó una pared de tal altura que después viendo la cosa en frío le parecía totalmente imposible. Arranca una lluvia torrencial y corre a refugiarse a una pequeña cueva cercana que al poco se inunda de barro y en el que hay unos gusanos enormes, uno de ellos le muerde en el brazo y se queda pegado chupando sangre. Vuelve a subirse a un árbol mientras se arranca el bicho, lo que le deja una considerable herida, y aguanta como puede a que pase el chaparrón. Sin atrever a moverse y espantando mosquitos voraces y muchos otros insectos, que algunos de ellos resultan ser urticantes, se lamenta amargamente de su situación. Largo tiempo pasa hasta que ve a un precioso cuervo al que le parece que su presencia le provoca curiosidad y sorna. El cuervo le dice "de nada te sirven lamentos y quejas, a nadie le importan aquí la compasión o la caridad y tampoco nadie practica la autoconmiseración, no esperes que la selva haga lo que a ti te gustaría o lo que creas que debería hacer, debes aprender como ella funciona, sólo así te resultará un lugar maravilloso". Mil gracias sabio cuervo, le contesté, ¿cómo puedo yo aprender?. "Déjándote de imbecilidades, aquí se va a lo que se va, yo te ayudaré a cambio de que tú me enseñes conocimientos y habilidades que me enriquezcan y que yo pueda transmitir a mi progenie, la misma cooperación podrás tener con muchos otros animales. Todos buscamos el perfeccionarnos, el optimizarnos, todos estamos en movimiento hacia el Punto óptimo. Sin este principio, en el Cosmos, fuente y sede de toda inteligencia, no habría ni creación ni evolución, nada existiría; obedeciendo este impulso disfrutamos de la fuerza y en consecuencia de una existencia siempre activa y por tanto placentera. Enfrentar el peligro y sentir miedo, sólo en el grado necesario y en el momento preciso, nos ayuda a sobrevivir, al igual que lo hace el dolor y el sufrimiento; sin estos pilares no existiría la selva. La disfrutamos cada día sabiendo que en cualquier momento algo nos matará y que otros animales nos comerán". ¿Quieres decir que no podré llegar a cien años y morir de vejez? angustiosamente pregunté. "Por supuesto que esto es posible aunque nada altera, cuando ese día llegue te comerán los gusanos". Pero puedo evitar esto incinerándome, le dije. "Nada cambia, cuando un animal te come te convierte en estiércol que acabará después de unos pasos retornándote a la tierra, al igual que si te incineras. Bueno, sígueme y te llevaré a una preciosa cueva casi inaccesible en la que te será fácil defenderte de peligros y molestias, además tendrás fantásticas vistas. Con un poco de ingenio y obervando a los animales aprenderás a proveerte de todo: comida, plantas medicinales y recreativas, vestimenta... Debes guardarte de los animales para los que puedas ser un apetitoso almuerzo, de los demás nada debes temer a no ser que hagas que te vean como una amenaza o que te dañen por accidente. De muchos animales puedes esperar amistad y ayuda, debes ganarte su confianza, una vez te la den nunca te la retirarán ni tampoco se sobrepasarán y si en algo los ayudas te devolverán el favor, por ejemplo, si provees de comida a algunos pájaros cerca de ti estarán y te avisarán de peligros. Una vez ya placenteramente estés puedes empezar a escuchar la sinfonía del Cosmos, que todos, cada uno según su naturaleza y su entendimiento, aquí la sienten y disfrutan ya que conjugados con su armonía están. El Cosmos, siempre en expansión, todo es y por tanto su sinfonía en todas partes está, aunque tu cotidianeidad no te la deja oir, aquí fácil te resultará sentirla. Esta sinfonía en continua creación, lo que implica el fin de todo como simiente de lo por venir, contiene entrelazados y en interacción todos los hechos, sonidos y todas las vibraciones cósmicas y sus ejecutores son sus fuerzas, principios, leyes y mecánicas, también en continua evolución y creación, y a las que todo sometido está. La puedes llamar Sinfonía 0.
Los Sueños de Liti Püttys en http://bit.ly/antroom
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