Interrumpe mi siesta una llamada de una amable señorita que me dice actuar en nombre de mi compañía telefónica. El motivo de la comunicación es para ofrecerme mejorar mi situación como cliente. Le digo que no me interesa, que me quiero quedar como estoy, ella insiste en que se trata de una oferta que no debo dejar pasar, le repito con énfasis lo ya dicho y se despide contrariada deseándome las buenas tardes. Las únicas mejoras que me interesarían, que bajase el precio y que mejorase el servicio, no requieren de mi concurso ni aceptación.
Al día siguiente al sentarme en una terraza de un bar y pedir una caña de cerveza sin apellido, el que parece el encargado me ofrece una mejora, me sugiere un nombre de cerveza del que no me llego a enterar y confirmo para su contrariedad que quiero una caña, cuyo precio resulta en 2.80€, me llena de alegría el no haber descubierto el precio de "la mejora".
Al momento resulto presa de una especie de Iluminación que me hace sentir como una islita rodeada por un mar de personas, empresas, partidos políticos, entidades e instituciones a las que sólo mi bien les importa, sólo preocupadas por mi mejora y también por la tuya.
Es Jueves Santo, Día del Amor Fraterno. Al fondo oigo las bandas de la Procesión. La institución promotora del evento es una de las principales, sino la principal, dedicada a nuestra mejora y a nuestro bien.
Mañana iré a una de mis cafeterías habituales a tomar un cortado, leer el periódico y fumar. Espero ser recibido con la rutina habitual y no con sonrisas extras que me auguren la oferta de una mejora. Espero que el café sea el mismo y que su precio no haya subido. Si les apetece o consideran necesario mejorar, pues que lo hagan. No necesitarán interrumpir nuestra siesta.
Capítulo Día Mundial Sin Mentiras de 6969 Delenda est Imbecillitas. (TOH: tomadura de pelo)
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