En el siglo XXII la promesa de cambio político, motivadora durante siglos, había caído en el descrédito por razones obvias y su vacío fue ocupado por la transparencia. Palabra mítica que empezó a usarse décadas atrás y que llegó a invadirlo todo. Cristal era el nombre personal más común. Los ayuntamientos iniciaron la moda de tener paredes de cristal, moda que rápidamente se extendió y los nuevos edificios y los que se rehabilitaban tenían también las paredes de cristal.
La abreviatura trans invadió las conversaciones: "soy super trans" "tienes que ser más trans" "mi novio no es lo trans que me gustaría" y frases parecidas se oían por doquier.
Y un hecho que parecía intrascendente, palabrería política en tiempo de elecciones, giró el rumbo de la historia.
Una candidata a concejal con el nombre de rancio abolengo de Exuperancia al que añadió Translúcida para estar al día, estando en el programa de televisión Transparencia Super Plus dijo:
"la Obediencia a la que sirvo me ofreció ponerme la tercera de la lista, posición en la que seguro que salgo, ofrecimiento que me dejó anonadada y se me tranquilizó diciéndome que sólo tendría que leer una vez al mes un discurso que me darían. Acepté, pues el sueño de mi vida era como el de todo el mundo que me tocase la lotería y en su defecto conseguir una poltrona bien pagada, como además me encanta el carnaval me dije: pues me disfrazaré de concejal. Mi verdadera vocación es vivir como una boba inútil"
Capítulo Quiero ser Boba de 6969 Delenda este Imbecillitas
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