Un fanático, concepto considerado denigrante, es un creyente consecuente.
Un creyente, concepto de alta consideración, es quien da por ciertas y antepone fantasías al conocimiento y al pensamiento crítico.
Un creyente tibio, no fanático, es quien necesita aferrarse a una creencia sin hacerse cuestionamientos incómodos. J. de Litto
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