Ser creyente de lo que sea provoca desasosiego al ver que el mundo no va por donde se quiere.
Desasosiego fatal para la salud... a no ser que seas como Mónica2, gran señora que sufre fuertes indignaciones cuando lee los periódicos pero que sabe reciclarlas como energía positiva.
En el fondo está bendecida por el sentido de la duda y resulta no ser una verdadera creyente, pues como leí en su día "quien no abdica de la razón no es fiel a su dios". Esto es válido para toda creencia y también para el enamoramiento.
Yo Blediano
miércoles, 11 de junio de 2014
Las Creencias Enferman
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