Luis nunca permitió que sus castllos fuesen pisados por foráneos.
Dos semanas después de su muerte el castillo de Neuschwanstein fué abierto a las visitas, pagando supongo.
"Un eterno enigma quiero permanecer para mí y para los demás"
Luis II es un ejemplo de que el Poder puede tener grandeza y nobleza.
Luis era tratado de loco por hacer obras de una magnitud y belleza que resultaban incomprensibles a sus conciudadanos, que no sabían ver que iban a generar una riqueza incalculable.
Millones de visitantes profanan cada año sus castillos y quizás en una esquinita alguno ha querido dejar su impronta "La Paca estuvo aquí" (No, no es ningún obispo)
Festspielhaus de Bayreuth donde cada verano se celebra el Festival de Ópera de Wagner.
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