Sigue el relato en Antroom
Kefalo mira el reloj y ve que llega con diez minutos de adelanto. Como le explicó Pilu Sacussa el autobús 25 termina su trayecto justo al lado del local en que han quedado en S'Arenal, el bar Sancho Panza. Pilu Sacussa le invitó e insistió en que fuera porque quiere saber su opinión sobre un asunto muy importante que se lleva entre manos. Puntualmente llega Pilu Sacussa en compañía de E.S. Lalela.
- Pedimos algo de cenar y vamos directo al grano pues a las diez hemos quedado con los demás, dice Pilu Sacussa y continúa, haré un poco de historia, Kefalo, para ponerte en antecedentes.
- Me indigné como muchos cuando hace unos años pasó lo del escándalo del mamading en Magalluf y el hecho sirvió para concienciarme sobre la mala calidad del turismo de borrachera que nos visita. Lo mismo le pasó a E.S Lalela y durante todo este tiempo nos hemos estado preguntando que podríamos hacer al respecto aparte de gimotear y, por fin, la hora de actuar ha sonado.
- Yo no tenía muy claro a que se referían los periódicos y gentes sabidas cuando hablaban del "turismo de calidad". E.S. Lalela me decía que quería decir gente de dinero y gastadora y hace poco un sabio amigo me dijo que significaba turistas que no viniesen por el sol y playa, emborracharse, montar escándalo y follar sino que viniesen por motivos culturales y gastronómicos. Esto me iluminó y me ha llevado al proyecto que expondré cuando estemos todos reunidos.
- Como ya te he dicho que queríamos hacer algo más que lamentarnos a E.S. Lalela hace un tiempo se le ocurrió, guiándose por su punto de vista, que la solución era que hubiese más ricos en el mundo y me propuso que promocionásemos su genial idea para conseguirlo y que consiste en que loterías, casinos, bingos y demás juegos de azar den premios de medio millón de euros como máximo y aparte sólo pequeños premios que se acaban reinvirtiendo. De esta manera se evitarían premios de por ejemplo 500€ o 20.000€ que no suben el estatus de la persona y los premios grandes, por ejemplo 20 millones no harían solamente un nuevo rico sino cuarenta. Además se podrían crear peñas sin ánimo de lucro en las que los socios hiciesen una aportación mensual y cada vez que se reuniesen 500.000€ se haría un sorteo y se entregarían a un ganador. Todo con el loable objetivo de fabricar "turistas de calidad" según lo entienden E.S. Lalela y muchos.
- Como ejemplo veamos que en una población de un millón de habitantes, como las islas más o menos, con una aportación de promedio a las peñas de 50€ mensuales por persona nos daría una recaudación de 50 millones, lo que resultaría en 100 nuevos ricos al mes; esta cantidad fácilmente se triplicaría junto con los juegos de azar con lo que diariamente se producirían 10 nuevos ricos de medio millón de euros. Esta cantidad no es suficiente para dejar de trabajar y vivir de la sopa boba, pero si para tener una holgura de gasto y especialmente permitiría ir de vacaciones sin ser una rata con dos duros.
- Si de cada millón de habitantes se producen diariamente 10 nuevos ricos es fácil calcular cuantos resultarían en cada mercado emisor de nuestros turistas. En Alemania, por ejemplo, serían 900 al día.
- Este nuevo formato de juego pensamos generaría socialmente un gran optimismo ya que un cambio de fortuna se vería factible, no un posibilidad más que remota como resulta hoy en día. Los pobres se quedarían como están, no peor, pero tendrían la fundada esperanza de que les tocase el premio directamente o bien a algún allegado cercano, lo que también podría redundar en su beneficio.
- Un sorteo es lo más imparcial que hay, dice Kefalo, y además las decisiones del azar se conectan con el sentido de lo invisible de la mente como podemos leer en Factum E de Antroom. Para muchos el sorteo puede estar influido por alguna fuerza, como la suerte, o brindar la oportunidad de intervenir a la divinidad. Una amiga cuando compraba lotería decía que si le tocaba iba a ayudar a mucha gente necesitada; este buen deseo yo lo interpretaba como una plegaria que esperaba ser escuchada.
- Leí una vez que un estudio había revelado que si las empresas eligiesen a sus empleados y cargos por sorteo el resultado sería mejor que con los criterios que puedan aplicar. El sorteo es la mejor y además más barata herramienta para combatir la manipulación, el mangoneo y el amiguismo así como prejuicios e imbecilidades.
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