Párrafo del Emprendedor de Can Perdiuota

La noche del martes ha estado muerta, a las diez sólo había entrado en el local un medio rollo suyo para pedir una hamburguesa para llevar, por lo que ha llamado a Canuto para confirmar y decirle que ya pueden ir. En principio habían quedado a las doce pero visto el panorama pueden adelantar el encuentro.
A la media hora entra el trío por la puerta y se hacen las debidas presentaciones con falsos besos incluidos. Publicola no conocía a los otros dos concurrentes que le parecen cuando menos peculiares.
Camella de María, a pesar de no ser ya una niña, parece un chico y Jili Poleli muestra una cara ancha que parece pegada, sin cuello, directamente a un cuerpo rechoncho y como desproporcionado, como hecho con piezas de distintos cuerpos.
¿Cómo sería antes de adelgazar? se pregunta para si mismo Publicola.
El grupo se sienta en una mesa que queda apartada a la vista de la calle y les sirven unas raciones abundantes de tapas clásicas y contundentes para picar entre todos y dejan a mano unas cuantas botellas de vino ya que a Publicola no le gusta tener ir levantándose una vez sentado.
Una vez todo servido indica al personal que vayan cerrando y que se pueden ir. Prefiere que no oigan la conversación y asimismo, como para darse importancia frente a sus empleados, ha rodeado la reunión de un halo de misterio.
Jili Poleli hace saber de manera solemne que hará honor a la invitación dejando por un día de lado su dieta y Publicola va a por las dos intrigas que tiene desde la llegado del trío. Quiere saber que significan los símbolos que lucen los tres y, más importante, dilucidar el significado de la mirada que ha creído que le dirigía Camella de María en el momento de ser presentados.
Publicola es un practicante del poliamor o más específicamente, se queda colgado a primera vista de todo lo que le interesa. No es que Camella de María sea precisamente una belleza pero en este aspecto Publicola ha sido dotado por los hados de buena boca. Le produce morbo ese aspecto andrógino y más que nada el pensar que ha despertado su interés.
Arrancan a comer y como suele suceder se ponen a hablar de comida y de comidas al tiempo que los invitados intercalan alabanzas a lo que se les ha ofrecido. Jili Poleli hace honor a su palabra de haber dejado su dieta por hoy, Canuto es de poco comer, siempre con su aire de colocado y Camella de María resulta más de bebida que de comida.
Publicola se va convenciendo de que Camella de María le dirige miradas ¿o será que se ha dado cuenta que la miro? ¿habrá Canuto notado algo? si lo ha notado no parece que le importe, sigue en el limbo. Jili Poleli sí que parece que nos ha calado pero sólo parece importarle la comida y el vino.
Del libro CreATor Club de Antroom

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