Yo Blediano

sábado, 5 de mayo de 2018

Yoismo

Yoismo

El grupo La Oveja Negra, además de Taule, lo componen Demeter, el Licenciado Federico, Plotina, Tomma, Condesa y el Maestro Metias.

Condesa deplora el gorring como una bajeza no a su altura y ostentosamente rechaza lo que se ofrece, elegante muestra de desprecio a su entorno que ella cree que la eleva.
Lic. Federico es un tragón y se justifica diciendo que justamente lo que se ofrece es su debilidad a la que no se sabe resistir. Este mismo argumento le sirve para gorrear donde se tercie ya que compromete a ser invitado.
Plotina por su parte se muestra muy recatada y digna en cuanto a comida pero no así con la bebida, aunque procura ser discreta con las recargas de copa.
Podemos completar su maravilloso perfil grupal señalando su debilidad por los photo calls y aparecer en fotos en los periódicos participando en eventos supuestamente glamurosos.
Los podríamos definir como tres fantasmas.
Del libro Figapacola en Apuntadores de Antroom

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Plotina - Ayer en el autobús, sabéis que lo odio pero no tuve más remedio que cogerlo, tenía a tres hombres sentados frente a frente, en estos asientos que dos van al revés, y el que yo tenía delante contaba su vida de camarero. Dijo que ya estaba jubilado y que en toda la vida sólo había sido camarero, que había empezado sin saber nada y que en dos semanas, gracias al gran interés que puso, ya dominaba el oficio. Siguió explicando sus perfecciones, que si era el que sacaba más propina, que si sabía tratar como toca a los clientes, que si todos los demás camareros no saben estar a lo que hay que estar, y así media hora, yo tal, yo cual, yo aquello... En fin que era la excelencia camareril en medio de un entorno de inútiles.

Lic. Federico - Todos hemos pasado por esto. Siempre te pilla el que te cuenta su trabajo con todo detalle, recalcando lo bien que lo hace todo y lo mal que lo hacen los demás. Te pasa una lista de los fallos ajenos y de él no aparece ninguno.

Condesa - Este hombre, ese camarero del que hablas, me parece que después de toda una vida se retiró sin ser un camarero. Hay que ver que poco sentido profesional hay en todo. Y ya que cada día tratamos con camareros y camareras vemos esta carencia más que generalizada.

Plotina - Bien cierto ¿Cuántos verdaderos profesionales de cualquier gremio hemos conocido? ¡Y que duro se hace el trabajo sin una conciencia profesional!

Lic. Federico - Es imposible que uno pueda tener un sentido de profesionalidad si, como ese hombre, se cree doña perfecta.

Condesa - Odio a los yoistas. Estos que cuando haces un comentario negativo general de lo que sea, como "la gente en el autobús se queda parada delante en vez de ir hacia atrás" o "a los que se les van los ojos mirando al paquete" salta con "yo no, yo... y ahí viene su manera perfecta de actuar".
No se si este defecto tan molesto es de nacimiento o de vicio.

Lic. Federico - No importa de donde venga o lo que sea. Su superación al igual que con la imbecilidad y la vanidad viene de comprender su ridiculez.

Plotina - Es curiosa esta necesidad de sentirse perfecta y encima de andar pregonándolo. Aunque se dice que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Lic. Federico - Bien cierto este aserto, pero no tiene que ver con esta reacción de los yoistas, que no la pueden evitar aunque se la hagas notar.
Y por cierto Plotina, a cuento de lo de la viga en el ojo, quiero decirte como amigo que cuando vas borracha eres insoportable, la gente no sabe como huir de ti y en los locales no te aguantan y rezan para que te vayas.

Condesa - Lo que dice Lic. Federico es cierto, Plotina, yo por prudencia nunca te lo quise decir. El beber demasiado no te sienta bien.

Plotina - ¿Prudente tú, Condesa? Una cretina creída es lo que eres y que en los eventos vas de monja, sin comer ni beber, para quedar muy fina y en tu casa te pones de vino a granel o de tetrabrik, y tú Federico eres un comediante, un falso licenciado y que en todas partes te tienen por un gorrón muerto de hambre. En ningún sitio me han llamado a mi nunca la atención.

Dejamos aquí la chachara de nuestros protagonistas. Comparten creencia que es virtud decir las cosas delante y así acaban siempre llamándose "es nom del porc".

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