La tonta alegre. Hagamos que el tonto, uno mismo o un prójimo sea alegre, que diga cosas, aunque tontas, divertidas y sea así siempre bienvenido...
...Que se entretenga con algo más que con preocupaciones y miedos. Que no nos repita como un loro las comeduras de coco que ni le van ni le vienen y de las que en sí no sabe nada. Lamar de Prolija
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